Lactancia Materna

La OMS y UNICEF, recomiendan como imprescindible la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses del recién nacido. También recomiendan seguir amamantando a partir de los seis meses, al mismo tiempo que se va ofreciendo al bebé otros alimentos complementarios, hasta un mínimo de dos años. La leche materna se digiere fácilmente y proporciona, en su justa medida, los nutrientes, vitaminas, proteínas, grasas y anticuerpos esenciales que necesita el bebé para desarrollarse físicamente y neurológicamente.

La lactancia materna favorece un desarrollo óptimo del cerebro. La leche materna contiene más de 200 agentes inmunológicos que la ciencia no puede reproducir. Las investigaciones demuestran que la lactancia materna ayuda también a proteger al bebé frente a las alergias, reduce el índice de enfermedades graves y las probabilidades de que se ponga enfermo. La lactancia materna contribuye a un desarrollo oral óptimo y disminuye el riesgo de caries. El contacto con la piel de la madre crea un estrecho vínculo entre la mamá y el hijo y le da al bebé una mayor sensación de bienestar y seguridad.